Eugene Czolij
Al final de su mandato de diez años como Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg ofreció las siguientes perlas de sabiduría durante su discurso del 19 de septiembre de 2024 en un evento del German Marshall Fund titulado “Reflexiones sobre una década desafiante”:
“Todos queremos que esta guerra termine. La forma más rápida de terminar la guerra es perderla. Pero eso no traerá la paz. Traerá la ocupación rusa. […]
La paradoja es que cuantas más armas podamos entregar a Ucrania, más probable será que podamos alcanzar la paz y poner fin a la guerra. […]
No puede haber seguridad sostenida en Europa sin una Ucrania estable. Y no puede haber seguridad duradera para Ucrania sin la membresía de la OTAN”.
Con el beneficio de esta significativa perspectiva, resulta evidente que para garantizar una paz y una seguridad genuinas y duraderas en Europa, los países miembros de la OTAN deben proporcionar a Ucrania: (a) las armas que necesita, incluidas las de largo alcance y sin restricciones miopes en su uso, para permitir que Ucrania proteja eficazmente su espacio aéreo, libere sus territorios y gane la guerra de Rusia; y (b) la membresía en la OTAN para garantizar que Rusia no ataque a Ucrania en el futuro.
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